FSC-CCOO Andalucía | 16 mayo 2025.

CCOO denuncia que está en peligro el sistema de protección por desempleo

    El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) acumula severos déficits desde hace demasiado tiempo y hay miles de solicitudes pendientes de tramitar. Faltan plantilla y medios materiales y técnicos y la gestión es muy complicada. A todo ello se suma una nueva aplicación informática, llamada ALMA, muy cara y que puede convertirse en el detonante que nos lleve ineludiblemente a la movilización.

    05/05/2025.
    Oficina del SEPE

    Oficina del SEPE

    Hace unos meses, a primeros de noviembre, nos vimos obligados a denunciar las carencias del nuevo sistema informático implantado en el SEPE para la gestión de los nuevos subsidios, que fracasó estrepitosamente en los primeros días. El primer, de hecho, no se pudo gestionar ni un solo expediente. Lejos de mejorar, la situación sigue siendo caótica: miles de horas perdidas con las incidencias causadas por una aplicación informática desastrosa, llamada ALMA, en un organismo que no se lo puede permitir por las deficiencias de plantilla que soporta. Esto da lugar a expedientes reconocidos a voleo sin unos mínimos controles de calidad; resoluciones que no corresponden con los derechos reconocidos; gestión imposible de un Complemento de Ayuda al Empleo (CAE) que se ha transformado en una quimera, porque es imposible de tramitar con la plantilla y los medios actuales...

    La atención a la ciudadanía se resiente. Las y los usuarios no saben lo que están cobrando y el personal del SEPE no puede atender sus dudas porque carece de un programa informático que especifique si las personas usuarias están cobrando o no, el importe o la cuenta bancaria en la que se hace el ingreso. Han pasado cinco meses y la Dirección General del organismo, y con ella la vicepresidenta segunda del Gobierno, no ha conseguido que se implemente una aplicación de consulta de nómina o de situación del expediente, después de haber gastado 36 millones de euros en ALMA.

    No solo no se ha solventado ninguno de los problemas mencionados, sino que, además, el 1 de abril se introdujo la gestión del CAE en las prestaciones contributivas a través de ALMA, con el resultado que era previsible: hay más de 150.000 subsidios pendientes.

    La preocupación crece en la plantilla, aumentan tanto los retrasos en la gestión como los expedientes pendientes y ni la dirección general ni la ministra se dan por enterados ni son capaces de exigirle a la empresa que ha diseñado ALMA las soluciones necesarias, mientras se sigue resintiendo la atención a la ciudadanía.

    Desde COOO, exigimos responsabilidades, como también lo hacen cientos de mandos intermedios por escrito, aunque ello no está sirviendo para que se adopten soluciones, lo que nos lleva a preguntarnos si será necesario interponer un conflicto laboral o si hará falta que el sistema informático colapse totalmente para que se solventen los problemas crónicos del SEPE, entre los que destacamos:

    • Faltan más de 5.000 efectivos, lo que supone más del 70% de la plantilla existente.
    • Son necesarios personal técnico y formación, dada la complejidad del sistema de reconocimiento de la prestación, para poder prestar un servicio público que cada vez se va deteriorando más por esta carencia.
    • Hay déficits históricos, como la falta de locales propios donde atender a la ciudadanía. EL SEPE "vive de prestado" en todas las oficinas excepto las de Ceuta y Melilla, en muchos casos en condiciones muy precarias.
    • Cada intento de simplificación o agilización de la gestión ha sido un fiasco y ha conseguido lo contrario a lo que se pretendía, es decir, ha añadido dificultad.
    • La cacareada solución, la agencia española de empleo que cuelga de la Ley 3/2023, de 28 de febrero, de Empleo, lleva en análisis y valoración más de dos años.

    La dirección del SEPE y del Ministerio de Trabajo y Economía Social están empeñadas en hacer cosas de espaldas a la plantilla y desprecian sus conocimientos. Desde CCOO, creemos que la única posibilidad es interponer un conflicto laboral porque no podemos asistir impasibles a esta apuesta por dinamitar un organismo que debiera considerarse esencial por las situaciones que debe proteger.